Según Guillermo Herrera, presidente de Camacol, antes el 82% de los recursos iban a municipios de categoría 1 y 2; ahora es el 81%.
Tras más de 20 meses de caídas del sector de la construcción, Guillermo Herrera, presidente Ejecutivo de Camacol, habló con Portafolio sobre el sector. Aseguró que la meta del cambio de la política de ‘Mi Casa Ya no se logró’. Agregó que se necesita un plan real para reactivar el sector y mantener el empleo.
Han pasado varios meses de caídas. ¿Qué ha cambiado tras el tiempo?
A pesar de los anuncios y de la preocupación genuina que hemos visto, por ejemplo, del Ministro de Hacienda, hoy no tenemos un plan de reactivación para el sector de la construcción.
¿Será momento de dejar de luchar por la VIS y apuntarle a VIP y No Vis?
Lo que en su momento pudimos hablar con el DNP y con el Ministerio de Hacienda, viendo que había una sintonía, es que más allá de la vivienda de interés social, había que buscar mecanismos para financiar la No Vis, porque ya no estamos hablando solamente de los temas de focalización del gasto social, sino que estamos pasando a los terrenos de la reactivación económica. La propuesta es buscar un plan de reactivación que busque que el empleo no se deteriore.
¿Qué dicen las cifras del empleo?
Estamos perdiendo capacidad para generar empleos. De acuerdo con el Dane y cálculos de Camacol, para el año 2023, en promedio mensual, el sector de la construcción estaba generando 19.000 empleos mensuales, casi que una tercera parte de lo que se generaba en el 2022 y menos de la mitad de lo que teníamos antes de pandemia.
Además, estas caídas en ventas y en iniciaciones se han prolongado más, esto apenas empieza a mover la bolita del deterioro de las iniciaciones. Tenemos 21 meses de caídas en ventas y 13 de caídas en iniciaciones. Deberíamos esperar si las iniciaciones van a seguir cayendo y si los empleos empiezan a caer.
Sobre Mi Casa Ya, ¿se han descentralizado los subsidios y cuidado el tejido empresarial de los más pequeños?
Si hacemos una evaluación de cuántas viviendas anuales se construían antes de abril del 2023, –fecha en que se expidió el decreto 1490 que cambió las condiciones– se comercializaban 145.000 viviendas en el país y el 70 % de los subsidios estaban en cabeza de las empresas más grandes. Un año después no se comercializaron 145.000 sino 90.000. ¿Cuántas quedaron en las empresas más grandes? El 70%.
¿Se podría decir que esta medida de descentralizar los subsidios no funcionó?
No. Ni siquiera lo miremos por empresas, el otro argumento que tenía el Ministerio para cambiar esto es que era ir a los municipios más alejados. Antes de los cambios de la política, el 82 % de los subsidios se concentraba en los municipios de categoría especial 1 y 2, después de la aplicación de la política, el 81% cayó 1%.
Por ese lado la apuesta de desconcentración territorial no se dio y los subsidios siguen concentrándose en las mayores áreas urbanas.
¿Qué es lo que se tuvo que haber hecho?
Buscar cómo más hogares podían acceder a una vivienda, sobre todo en tiempos de crisis económica después de estas caídas tan largas, y donde las tasas de créditos hipotecarios siguen altas. ¿Quién compra vivienda en Colombia?, Creo que allí hay seguramente una evaluación equivocada por parte de la política en este momento. Hoy si una persona quiere comprar vivienda y ganas dos salarios mínimos, y desea comprar una vivienda social, no puede.
No vamos a reactivar el sector con menos recursos para la vivienda. Si lo que buscaban era una estabilización del sector, esa estabilización nos está llevando a los niveles del año 2011.
¿Cuántos empleos se generaba el sector en el año 2011?
Un millón cien mil. En 2022 más de un millón y medio.
No hay que ser genio para entender que estamos poniendo en riesgo el empleo de 500.000 colombianos que dependen de la construcción.
¿Qué opina del ritmo de asignación de subsidios?
Los niveles de ejecución del Fondo Nacional de Vivienda tienen que incrementarse. Las cifras que tenemos es que hacia finales de marzo eran apenas del 2%. ¿Vamos a seguir asignando con cuentagotas o si vamos de verdad a abrir la llave e incrementar el gasto en vivienda? Porque si nos vamos a mantener así, claro, la Ministra siempre va a tener la razón, nunca va a faltar un subsidio.
Los mecanismos de ejecución nos mostraron que el año pasado Fondivienda ejecutó menos del 50% de su presupuesto de inversión, yo creo que en un país con las necesidades que tiene, no solamente en reactivación, sino de atención de la demanda de los hogares de menores ingresos, esos niveles no son aceptables.
¿Ya tocamos fondo?
Yo creería que, después de revisar las cifras de los últimos meses, ya estamos llegando a unos niveles de estabilización del mercado. De otra forma, sí, estaríamos tocando fondo y eso tiene una ventaja y es que de aquí hacia adelante deberíamos buscar estrategias para crecer. Por lo menos deberíamos recuperar los niveles de comercialización que teníamos antes de la pandemia.
Pero ¿a qué velocidad?
Exacto, ¿vamos a ir velocidad baja, media o alta? Baja, como sin duda estará pasando si no tenemos claridad frente al diagnóstico del sector.
Hay que esperar a que las tasas bajen a niveles donde la gente pueda comprar, pero eso nos daría una velocidad de recuperación muy lenta. Seguramente años para volver a los niveles que teníamos antes.
¿Cuál es su radiografía de la gestión de la ministra?
Con todo el respeto que le corresponde al Presidente, él debe evaluar la gestión de sus ministros. Más allá de los subsidios, le corresponde al Presidente decidir, evaluar y mirar la gestión a cargo de la Ministra en su aporte a la reducción de la pobreza, generación de empleo y reducción del déficit habitacional.
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