La industria de la construcción muestra su resiliencia tras un periodo desafiante. Un mejor ambiente económico en el país, con las tasas de interés bajando, augura una reactivación del sector.
El sector de la construcción en Colombia ha sido, históricamente, uno de los pilares del desarrollo de la economía, pues representa cerca del 5 % del producto interno bruto (PIB). Si se consideran los empleos directos que genera, toda la cadena de valor y las industrias que jala —insumos, proveedores, comercios asociados, servicios financieros, seguros, notariado, curadurías, etc.—, se puede determinar que “casi el 50 % del aparato productivo del país se encadena a la industria de la construcción”, explica Jorge Alberto Torres, director económico y de Información de Camacol.
Dentro de esta industria, la vivienda es el motor principal. “Corresponde al 76 % de los metros cuadrados en proceso de construcción en edificaciones. Los otros usos generan mucho valor agregado, pero el grueso del empleo lo da la construcción de vivienda. Por eso es un indicador fundamental”, recalca.
Durante los últimos años, el sector de la construcción ha enfrentado una coyuntura retadora y difícil, determinada por varios factores. Los precios de los insumos se dispararon en el mundo como coletazo de la pandemia y como consecuencia de la inestabilidad política y las guerras en el ámbito internacional.
A esto se sumaron la subida en las tasas de interés, los altos niveles de inflación de los últimos años y la incertidumbre frente a la coyuntura política y económica nacional actual. “Cuando hay elevados niveles de inflación, hay menos certidumbre sobre los ingresos. Y cuando hay incertidumbre en temas económicos, se genera desconfianza y se aplazan las decisiones de inversión, lo que impacta directamente en la compra de vivienda”, añade Torres.
A pesar de tener enfrente estos escenarios desafiantes, el sector de la construcción en Colombia ha mostrado siempre su resiliencia. Desde 2020 hasta mediados de 2022 tuvo un crecimiento sostenido y fue el eje de la reactivación económica pospandemia.
Con la llegada de las medidas para enfrentar el coronavirus cayeron dramáticamente las ventas, pero al volverse prioritaria la necesidad de mejorar las condiciones de la vivienda el sector creció sustancialmente, hasta alcanzar su máximo histórico con la venta de 250.000 unidades anuales.
Pasado el pico de 2022, empezó una contracción. Cambios en la política de subsidios a la vivienda, sumados a las altas tasas de interés e inflación, hicieron que al cierre de 2023 cayeran todos los indicadores. El número de ventas en el primer trimestre del presente año fue el más bajo en quince años.
Sin embargo, hay motivos para el optimismo, indicadores que hacen parecer que el sector ha logrado sobrevivir a la coyuntura económica. Pasamos ya los picos de tasas de interés, con la expectativa de que sigan bajando en forma significativa.
La inflación está en niveles relativamente adecuados, los precios de los insumos están bajando y los mercados se han tranquilizado. Hay un mejor ambiente económico y credibilidad en los gobiernos locales, lo cual se espera que se traduzca en una reactivación del sector.
Según indica el presidente de Camacol, Guillermo Herrera, “el sector de la construcción hoy tiene una escala inferior en comparación con el periodo 2013-2019, cuando se comercializaban mensualmente 14.701 viviendas en promedio. Durante el 2024, a marzo, las ventas mensuales sumaron en promedio 10.474 unidades, un valor que parece ser el piso del sector y a partir del cual podemos pensar en una estrategia de crecimiento. (…) Vendemos 130.000 viviendas al año, en un escenario donde la necesidad supera las 200.000. Ahí tenemos un reto muy grande, pero también una oportunidad para generar empleo y crecimiento económico, a la vez que reducimos la informalidad y el déficit habitacional”.
Las estrategias por ejecutar, según observan desde el gremio, pasan por apostarle al desarrollo local. “En Camacol hemos identificado que las gobernaciones y capitales están estructurando programas que permitirán subsidiar más de 100.000 viviendas, con inversiones cercanas a $1,6 billones”, indica Herrera.
Esto, sumado a la implementación del plan de reactivación del sector propuesto por el Gobierno nacional, que “con un presupuesto cercano a $1 billón (…) podría apalancar ventas de $40 billones y generar alrededor de 275.000 empleos por año”, puede traducirse en un nuevo resurgimiento del sector, una muestra más de resiliencia por parte de la industria de la construcción y una buena noticia para la economía del país.
Es innegable que, pese a las dificultades de los últimos tiempos, la creatividad y la buena arquitectura siempre han estado presentes en proyectos de diversas escalas, desde residenciales hasta institucionales, y desarrollos inmobiliarios de gran envergadura esto demuestra, una vez más, que el talento nacional está muy bien preparado para superar cualquier prueba.
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Somos el Directorio digital de la Industria de la Construcción en Colombia. Reunimos una amplia y completa oferta de empresas que suministran insumos para el sector a nivel nacional, y proveedores que hacen parte de la cadena de valor de nuestro gremio. Esta es una difusión oficial de la Cámara Colombiana de la Construcción CAMACOL.